Había una serie con ese nombre no hace mucho, Boy Meets World. Iba de un pibe que en plan Dawson's Creek se descubría a sí mismo, vivía en una comunidad americana adorable y en resumen, relataba sus poéticos pensamientos adolescentes. Que por cierto el protagonista, Ben Savage, era hermano del Fred de Aquellos Maravillosos Años. Otra que tal baila, voz en off recordando con nostalgia los tiempos en los que todo era impresionante y novedoso.
Llevado por el mismo espíritu de fascinación adolescente intenté mandarles a mis colegas de la universidad mails esporádicos contándoles lo que se me pasaba por la cabeza. Al fin y al cabo todos sufrimos en mayor o menor medida de afan de protagonismo, que levante las manos el que en las fotos de grupo no se busque a sí mismo primero. Pensé que les gustaría saber lo que pienso.
Bueno, varios fueron los fallos en mi intentona relatadora. Para empezar el bastardo del Carlangas no tardó mucho en criticar la americanada 'yo y el mundo' a la que les estaba sometiendo a mis amigos, como si yo fuera el único ser humano pensante y sintiente. Después estaban las gilipolleces en sí que escribí, hablando de graduarme cuando había gente que aún tenían asignaturas de segundo. Y bueno, el no haber enviado los mails con las direcciones en el Bcc en vez de en el To tampoco ayudó mucho a la popularidad de la idea, que coincidió con los comienzos del spam.
Unos años después empiezo este blog que sigue el mismo camino, la pedantería de lo de los tres idiomas no me gusta ni a mí. Pero qué queréis que os diga, al que no le guste que se ponga a la cola y que ayude al resto con los chistes. La idea es la misma horterada que lo de aquellos mails, así que aunque la mona se vista de seda... Pero pensad que mejor que nada sí es. Y bueno, no deja de ser lo que pienso.
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