Hacía eones que no actualizaba el blog, así que contaré cómo ha sido mi día de hoy. Me levanté para darle clases de español a unos niños de primaria (me gusta enseñar y no tenía experiencia con niños así que hala, hay que enfrentarse a los miedos). Les preparé un juego de cartas con gran sufrimiento ayer por la noche y tal, y parece que se lo pasaron bien. Continuaremos las clases una vez al mes hasta Febrero o así, preveo largas noches de sufrimiento con las tiijeras y el pegamento *suspiro*
Después me fui a jugar al go y había unos chavalines de 10 años que me daban mil vueltas. Me he dado cuenta (aplastantemente, para ser más descriptivos) una vez más de que el camino a la perfección pasa por la constancia, cosa que no es precisamente mi fuerte. Y es que señores, ¡aquellos querubines llevaban ya 5 años jugando! Increible, ¿verdad? Le da a uno que pensar en si verdaderamente tanta farra y tanto calimocho han sido realmente mejores para mi desarrollo personal. Seguiré jugando en mis ratos libres, porque aún es divertido. Con poder ponérselo más difícil a esos críos me doy con un canto en los dientes.
Clase de japonés (ya no es lo que era...) y después vi en casa la de Dungeons & Dragons, the mighty no-se-qué. Una castaña, y de las pilongas. Si me hubiese pillado jóven todavía habría tenido su aquel... qué digo, ni eso. Así que la borré con una sensación de alivio.
Intenté trabajar (fui a la oficina y todo) pero estaba rendido y me estaba quedando dormido sobre el teclado. Y la bebida vitamínica que tocaba hoy, Junkel, tampoco hizo nada. Las estoy probando todas, a ver si suena la flauta y descubro algo que me active en los momentos flácidos :) El caso es que puse a ejecutar un entrenamiento/evaluación de estos que tardan un día para que al menos el ordenador trabajase por mí y poder tener resultados que analizar el martes.
Mañana es fiesta nacional así que no hace falta ir a la empresa... y mis planes son quedar con una señora mayor que tuvo un pasado turbio en Salamanca y está loca por la cultura española, y luego por la noche la clase de baile. No es que vaya a ser un día interesante pero en fin, al menos me daré el gustazo de meterme un plato de ramen en el cuerpo. ¡Ramen, raaaamennnn!
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